martes, 12 de abril de 2016

FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS Y JUAN GINES SEPULVEDA

Religioso español, defensor de los derechos de los indígenas en los inicios de la colonización de América (Sevilla, 1474 - Madrid, 1566). Tuvo una formación más bien autodidacta, orientada hacia la Teología, la Filosofía y el Derecho. Pasó a las Indias diez años después de su descubrimiento, en 1502; en La Española (Santo Domingo) se ordenó sacerdote en 1512 (fue el primero que lo hizo en el Nuevo Mundo) y un año después marchó como capellán en la expedición que conquistó Cuba.

Conmovido por los abusos de los colonos españoles hacia los indígenas y por la gradual extinción de éstos, emprendió desde entonces una campaña para defender los derechos humanos de los indios; para dar ejemplo, empezó por renunciar él mismo a la encomienda que le había concedido el gobernador de Cuba, denunciando dicha institución castellana como una forma de esclavitud encubierta de los indios (1514).

Insistiendo en la evangelización como única justificación de la presencia española en América, propuso a la Corona reformar las Leyes de Indias, que en la práctica se habían demostrado ineficaces para poner coto a los abusos. Las Casas proponía suprimir la encomienda como forma de premiar a los colonos y replantear la colonización del continente sobre la base de formar comunidades mixtas de indígenas y campesinos castellanos (hacia una economía colonial más agrícola que minera); para la isla de La Española, dado el hundimiento de la población indígena y su supuesta incapacidad para el trabajo, proponía una colonización enteramente castellana, reforzada con la importación de esclavos negros africanos (cuya explotación consideraba legítima, en un exceso de celo por proteger a los indios).

El acceso al Trono de Carlos I permitió a Las Casas ser escuchado en la corte, de manera que en 1520 la Corona le encargó un plan de colonización en Tierra Firme según sus propuestas; pero el proyecto fracasó por la resistencia de los indios, las represalias de los colonizadores y la mala selección del personal (se enrolaron muchos participantes en el movimiento de las Comunidades de Castilla, huyendo de la persecución consiguiente a su derrota); obligado a transigir en los principios para obtener apoyos locales, acabó por desistir del empeño en 1522.

Por entonces decidió ingresar en la orden dominicana (1523) por motivos religiosos y estratégicos, pues dicha orden venía defendiendo la dignidad de los indios desde el comienzo de la conquista, frente a los franciscanos (que sostenían el punto de vista de los colonizadores). En 1537-38 dirigió otra empresa de colonización en Guatemala, esta vez con más éxito, pues obtuvo el control del territorio por medios pacíficos y desterró de allí la práctica de la encomienda (aunque el tributo indígena que implantó en su lugar conducía muchas veces a la servidumbre personal como forma de pago).

Las ideas de Las Casas tuvieron eco en la metrópoli, donde hacia 1540 se desató el debate sobre los títulos con los que España ejercía el dominio sobre las Indias. De la misma época data la revisión de la legislación indiana, con la adopción de las llamadas Leyes Nuevas (1542-43), en las que quedaron reflejados algunos puntos de vista lascasianos: la consideración de los indios como hombres libres que no podían ser esclavizados ni sometidos a trabajos penosos; y la prohibición de crear nuevas encomiendas, disolviendo de inmediato las de eclesiásticos y oficiales reales.

En 1543, además, Las Casas fue nombrado obispo de Chiapas (México), aunque la hostilidad de sus feligreses por sus rigurosas exigencias morales le hizo regresar a Castilla en 1547 para no volver nunca. Una nueva controversia sostenida con Ginés de Sepúlveda acerca de la licitud de la guerra contra infieles a los que no se hubiera dado a conocer el Evangelio (1550) se plasmó en las Instrucciones de 1556, que exigieron de los colonizadores españoles una actitud pacífica y misional hacia los pueblos de América aún no conquistados.

Desde 1551 hasta su muerte, Las Casas fue nombrado procurador de indios, con la misión de transmitir a las autoridades las quejas de la población indígena de toda la América española. Insatisfecho con lo logrado y dispuesto a seguir luchando (a pesar de recibir una pensión vitalicia de la Corona), Las Casas publicó en 1552 una serie de escritos críticos, entre los que se incluía laBrevísima relación de la destrucción de las Indias; en ella denunciaba los abusos de la colonización española con una amplitud de miras incomprensible para su época, pero con tal acritud que sería empleada con fines propagandísticos por los enemigos de los Habsburgo, contribuyendo a engrosar la llamada «leyenda negra».

JUAN GINÉS DE SEPÚLVEDA
Humanista español, traductor de Aristóteles y esclarecido polemista defensor del derecho de conquista de América por los españoles. Hijo de Ginés Sánchez Mellado y María Ruiz, Juan Ginés de Sepúlveda nació en Pozoblanco (Córdoba) en 1490. Entre 1510 y 1515 estudia en la Universidad de Alcalá, donde alcanza los grados de bachiller en Artes y Teología. El 27 de septiembre de 1515 ingresa en el Colegio de San Clemente de Bolonia, donde tendrá por maestro de filosofía al peripatético Pietro Pomponazzi y se doctorará en Teología y Artes. Julio de Médicis le encarga que suceda a Marsilio Ficino y Argirópulo en la traducción del corpus aristotélico. En Bolonia comienza su labor vertiendo al latín el De incessu animalium, los Parva naturalia y el De ortu et interitu, dedicando esta última obra a Adriano VI. Entre 1523 y 1526 reside en Roma sirviendo en la corte pontificia. Escribe Dialogus de appetenda gloria,donde trata de responder si es moral o no la ambición de gloria. En 1526 publica De fato et libero arbitrio. En esta obra combate las ideas de Lutero y achaca sus errores a las licencias y la degeneración en que habían caído las humanidades en Alemania. Frente a ello propone una vuelta a la filosofía y a Aristóteles en particular. En 1527 publica su traducción delComentario de Alejandro de Afrodisia a la Metafísica de Aristóteles, dedicada a Clemente VII. Con ocasión del sacco di Roma se ve obligado a refugiarse en el castillo de Sant´Angelo junto con su protector Alberto Pío, príncipe de Carpi. Posteriormente pasa al servicio del cardenal Cayetano, al que ayudará en la interpretación de algunos pasajes oscuros de las Sagradas Escrituras. En 1529, sirviendo al cardenal Quiñones, formará parte de la comitiva encargada de recibir al emperador Carlos V, que llegaba a Roma para ser coronado por Clemente VII. Al servicio del cardenal sigue a Carlos V hasta Plasencia. Dedica al emperador su traducción de la Meteorología de Aristóteles y le anima a atacar al turco (Oratio ad Carolum V ut bellum suscipiat in Turcas). En 1531 publica De ritu nuptiarum et dispensatione, a raíz del divorcio de Enrique VIII de Inglaterra. Este mismo año asiste en Bolonia a la reunión entre Carlos V y Clemente VII. Aquí concibe su De honestate rei militaris qui inscribitur Democrates, sive de convenientia militiae cum christiana religione, que dará a la imprenta en 1535 dedicada al duque de Alba. Se trata de un diálogo entre Demócrates y un viejo soldado español sobre la concordia entre las armas y la religión cristiana. En 1532 escribe su Antapologia pro Alberto Pio principi Carpensi in Erasmum Rotterodamum, donde defiende a su protector Alberto Pío de los ataques de Erasmo. En 1534 comienza a traducir y comentar las Éticas de Aristóteles. En 1536 Carlos V lo nombra su cronista oficial. Pasa a vivir a Valladolid, alternando su residencia con Pozoblanco. En 1538 da a la imprenta el Teophilus, sobre la declaración de crímenes ocultos. En 1548 publica su traducción y comentarios de la Política de Aristóteles, dedicada a su discípulo el príncipe Felipe. Sobre la licitud de la conquista de América publica en Roma en 1550 Democrates alter, sive de iustis belli causis suscepti contra Indos, que sería prohibido en España. Durante los meses de agosto y septiembre de este año mantendrá en Valladolid la famosa polémica de los naturales o de los justos títulos frente a Bartolomé de las Casas ante una junta de teólogos compuesta por Domingo de Soto, Melchor Cano y Bartolomé de Carranza. Recurriendo a Aristóteles, Sepúlveda justifica el dominio español por la natural inferioridad y barbarie de los indios. La junta no fallará nada, dejando inconclusa y sin vencedor la polémica. Sepúlveda muere el 17 de noviembre de 1573.

 
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