domingo, 14 de febrero de 2016

LOS TAIRONA


Habitaban el territorio de La Sierra Nevada de Santa Marta localizada en la parte norte de Colombia. Es un macizo montañoso, aislado del sistema de los Andes. Territorio que va desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 900 m corresponde a clima árido y semiárido situado en el piso térmico cálido, con una temperatura media superior a los 24 grados C. La población Indígena que habitaba en la Sierra Nevada durante el siglo XVI encontró la manera de aprovechar los recursos y de superar las restricciones que esta tierra les presentaba como lo señalan hoy día las ruinas de numerosos poblados con infraestructura de piedra, caminos, terrazas de cultivos, anales y puentes.


Aparecen tres tipos de cerámica: la cerámica roja, trabajada con técnica de espiral, de forma globular, subglobular y cilíndrica, decoración de caras humanas y representaciones biomorfas. La cerámica negra con desgrasante de arena fina y mica, recubierta con un engobe rico en hierro.

Característicos de este grupo son vasijas globulares, vasos de cuello alto, jarras con asa central y vertedera, alcarrazas, platos, recipientes de tres patas y ocarinas antropomorfas y zoomorfas. La cerámica crema decorada con finas líneas incisas formando rejillas; apareen copas de pata alta, recipientes de tres patas, vasos cilíndricos, jarras con vertedera y asa central. Son frecuentes los rodillos y pintaderas que reproducen improntas de aspecto mítico, con diseños geométricos posiblemente aplicados a una industria textil.
La orfebrería Tairona se caracteriza por la perfección técnica que lograron al elaborar sus trabajos; emplearon la fundición a la cera perdida complementada con el martillado, el repujado, la soldadura y la fundición en moldes abiertos o cerrados. En la metalurgia Tairona, los objetos son variados en cuanto a la forma y a las técnicas empleadas en su elaboración. Existen figuritas fantásticas que llevan grandes atavíos de plumas y máscaras de felinos; hay aves y reptiles, discos repujados, cascabeles, brazaletes, narigueras y otros objetos, en su mayor parte hechos de cobre dorado o de tumbaga.
Los Taironas trabajan admirablemente la piedra, no solo para extraer y labrar grandes bloques destinados a las obras públicas, sino también para confeccionar objetos de culto o de uso común, como bastones ceremoniales, máscaras, hachas rituales o utilitarias, cinceles, piedras y manos de moler, cuentas para collares o para fijar a los vestidos, pendientes y placas colgantes. Para la elaboración de todos estos objetos emplearon principalmente granito, esquistos, cuarzo, comalina, jadeita y nefrita, entre otras.
  
La estructura política de estos grupos locales indica que todos los pueblos tenían un cacique, los cuales dependían a su vez, de otros caciques principales. Se menciona que algunas poblaciones estaban divididas en barrios, que eran más, un grupo de casas o aldeas dependientes de otra población. Cada barrio tenía su propio cacique, y el conjunto de varios barrios tenía un cacique principal. En la cúspide de la pirámide social estarían los caciques, de quienes descansa la responsabilidad política y religiosa. Entre el pueblo común, en la base de la estructura social, se encuentran los especialistas de oficio, tales como agricultores, artesanos y mercaderes. La comunidad mantenía a los ancianos y huérfanos. Existía poligamia. Para contraer matrimonio, el hombre debía pagar a la familia de la novia un precio en bienes como plumas, algodón, oro. Si ésta no le satisfacía, podía devolverla.

Se han hallado cementerios en los que se observa diferentes tipos de sepulturas; tumbas rectangulares cubiertas con loza, bóvedas de piedras con cubiertas labradas, tumbas de pozo con cámara lateral y algunas fosas simples, encontrándose además, urnas de cerámica generalmente tapadas. Se tiene noticia de que guardaban los huesos y cenizas de sus antepasados en urnas y vasos grandes de tierra cocida, y que a algunas personas, al morir, las desecaban al fuego.
Las viviendas Taironas se construyeron sobre terrazas artificiales a las que se llegaba por caminos o escaleras de piedra. Las viviendas eran hechas de madera o bahareque con techos de paja y de palma, por lo general, de forma cónica. En todos los pueblos Taironas se han encontrado numerosas obras de "ingeniería" como puentes, canales, alcantarillados, patios ceremoniales, albercas, aljibes, etc. En 1976 fue descubierto el complejo arquitectónico más grande de la zona, a 1300 metros sobre el nivel del mar. Denominado ciudad perdida o buritaca 200, se compone de 26 terrazas, la más grande de las cuales tienen 900 metros cuadrados. Su arquitectura se integra a la naturaleza sin destruir la flora. La ciudad fue construida alrededor del año 1300 a. de J.C.





 
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